martes, 7 de abril de 2015

Consumir alcohol durante la lactancia... ¿Si o no? ¿Cuánto alcohol es perjudicial?

Son preguntas que todas las madres que hemos amamantado nos hemos realizado alguna vez, sobre todo cuándo se acercan las fiestas o algún evento importante en el que seguramente nos tentaremos con alguna copita. En esta entrada te contamos cuál es el limite y cómo manejarte si has bebido un poco.


        En principio aclaremos que el consumo de alcohol en exceso es perjudicial para la salud de cualquier persona, esté o no amamantando a su bebé. Más allá de sus efectos nocivos, el consumo alcohol altera la capacidad de cuidado y atención hacia el lactante. Durante la lactancia es recomendable no consumir alcohol o realizar un consumo ocasional y moderado. A pesar de que muchas culturas lo afirman, la cerveza no aumenta la producción de leche. Dicho esto veamos qué opinan los profesionales...
  
      Según Ruth Lawrence, en su libro "La Lactancia Materna: Guía para profesionales médicos", el alcohol consumido pasa rápidamente a la leche materna, en un nivel igual o superior al de la sangre materna, pero también los niveles descienden rápidamente ya que el alcohol no se acumula en la mama. Algunos estudios muestran que el alcohol inhibe la secreción de prolactina (hormona que interviene en la producción de leche) durante unas dos horas. El nivel de alcohol en la leche es muy bajo, si bien el olor que toma la leche es muy fuerte, alcanzando el máximo entre los 30 y 60 minutos después de haber bebido. Los efectos del alcohol sobre un bebé amamantado están directamente relacionados con la cantidad de alcohol que consume la madre, y una cantidad pequeña a moderada de alcohol no ha mostrado ser causa de daño en el bebé.
  
      El Dr. Carlos Beccar Varela, en su libro "Lactancia materna, guía profesional", dice que las dosis de 0.5 gramos por kilo materno por día no causan problemas al bebé. Dosis de 1 gramo por kilo y por día o más deprimen el reflejo de eyección (expulsión) de la leche y pueden causar coma alcohólico en el bebé. Para más datos, la cerveza tiene 4 gramos de alcohol por 100 cc. El vino tiene 12 grs por 100 cc y el whisky tiene 40 gr por 100 cc.

     APILAM, en su página www.e-lactancia.org informa que el consumo crónico causa sedación, desmedro, irritabilidad y retraso psicomotor en el lactante; también se ha publicado un caso de pseudo síndrome de Cushing que desapareció al dejar de beber la madre. Pese a que aumenta discretamente los niveles de prolactina, el consumo agudo seda al lactante e inhibe la secreción de oxitocina de la madre y por tanto el reflejo de eyección de la leche, reduciendo la producción de leche entre un 10 y un 25%.  Un consumo agudo excesivo puede provocar coma y convulsiones en el lactante. El tiempo necesario a esperar a amamantar para que el alcohol ingerido de forma ocasional haya desaparecido de leche y sangre depende del peso de la madre (a menos peso, más tiempo) y de la cantidad de alcohol consumido (a más alcohol, más tiempo). Evitar dar pecho hasta después de dos horas y media por cada 10 -12 g de alcohol consumidos: un tercio (330 ml), de cerveza 4,5%, un vaso de 120 ml de vino 12% o una copa de 30-40 ml de licor de 40-50%). Tiempos orientativos a esperar para mujeres de unos 60 kg de peso: un vaso de vino: 2,5 horas, dos tercios de cerveza: 5 horas, tres copas de licor: 7,5 horas, etc. (ver tabla en la referencia de Can Fam Physician. 2002).
 El comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda no beber alcohol al menos durante los primeros tres meses y una vez pasado este tiempo beber cantidades pequeñas, esporádicas y alejadas de las tomas.

    El médico pediatra y escritor Carlos González explica en su libro "Un regalo para toda la vida", que el alcohol alcanza su máxima concentración en sangre (y por ende, en leche) entre 30 y 60 minutos después de la ingesta, por lo que en términos ideales, lo óptimo sería beber lo más pronto posible luego de dar el pecho para dar tiempo al organismo a metabolizar el alcohol y comenzar el proceso de eliminación del mismo antes de que llegue el momento de la toma siguiente, aunque bien sabemos que, en una lactancia realmente a demanda, a veces las tomas son muy seguidas. Lo mejor sería dejar al menos pasar dos horas para volver a amamantar y quizá durante la noche esto sea más fácil ya que, por lo general, las tomas nocturnas son más espaciadas que las diurnas. Cada mamá deberá evaluar esta situación y cómo suele ser la frecuencia con la que su bebé requiere el pecho como para poder calcular cuál es el momento más adecuado para disfrutar de una copa de alcohol. Es bueno saber también que la ingesta de alcohol, así como el consumo de tabaco, pueden retrasar el reflejo de eyección de leche, lo cual es un dato a considerar ya que esto puede poner de pésimo humor al bebé e incluso asustar a más de una madre que no esté acostumbrada a que su leche no fluya como habitualmente.

Para que te sea más fácil comprender y aplicar toda esta información, hicimos este cuadrito, esperamos que te sirva!