miércoles, 28 de enero de 2015

Conservacion de leche materna

Conservacion de leche materna



Ya sea porque empezamos a trabajar, tenemos a nuestro recién nacido prematuro internado, tenemos que ausentarnos y el bebé se queda al cuidado de otra persona o simplemente queremos armar una reserva de leche materna estos son consejos para tener en cuenta.

Antes de la extracción

 

Higiene:

 

Es importante que laves tus manos antes de extraer la leche. Los recipientes en donde almacenarás la leche y las bombas de extracción también tienen que estar bien lavadas con agua y jabón.
Extraerse la leche en una habitación limpia, es decir; evitando siempre que sea posible lugares con humo, baños, etc.

Recipientes aptos:


- Se pueden utilizar envases de vidrio o plástico duro con tapa hermética (hervidos y limpios), frascos (esterilizados al vapor), dejando 3 centímetros libres en el envase.

- Bolsas especialmente diseñadas para el almacenamiento de leche materna.

No se recomienda utilizar los recipientes que se compran para análisis de orina, esterilizados para urocultivo, porque en general están esterilizados con una sustancia química: óxido de etileno.

Organizacion:


-Toda leche debe ser fechada antes de almacenarla, esto quiere decir, poner una etiqueta con la fecha de la extracción o escribir con un marcador a prueba de agua.

- Cuando se congela la leche materna, es mejor hacerlo en  pequeñas cantidades (50 – 100 cc) para poder descongelar solo la que el niño vaya a tomar inmediatamente.

-Descongelar siempre la leche más antigua.

Y ahora la gran pregunta: ¿Como conservar la leche materna?

 

Almacenamiento:


La leche se refrigera apenas se extrae. Si por cualquier razón no se puede o no interesa congelar la leche inmediatamente después de extraerla, guardarla lo antes posible en una heladera, hasta usarla o congelarla
En caso de extracciones fuera de casa,
conviene almacenarla en una conservadora portátil o en una bolsa isotérmica con paquetes de hielo o acumuladores de frío.

Si la madre se saca leche varias veces al día, puede :

- Juntarla en el mismo recipiente añadiéndola a la que ya está en la heladera.

- En caso de que tenga leche del día congelada, enfriar anteriormente la leche recién extraída en la heladera, antes de juntarla con la congelada.

Como utilizar la leche conservada:


Siempre que sea posible, calentar la leche directamente tras sacarla del congelador. Esto a veces no es posible porque el bebe es cuidado por una persona fuera de casa, en ese caso mantener la cadena de frío hasta poder calentarla.

La leche congelada se separa durante el almacenamiento. La parte grasosa subirá y se verá más gruesa y más blanca. Antes de dársela al bebé, es bueno agitarla suavemente (no hacerlo con fuerza) para que se mezcle.

El color de la leche materna variará según la alimentación de la mamá. Es probable que tenga un color azulado, amarillento o amarronado. El olor de la leche congelada también difiere de la leche fresca. No la deseche si el bebé la acepta.

 Lo que SI puede hacerse

Poner agua previamente calentada en una olla e introducir dentro el envase de
leche extraída hasta que alcance la temperatura deseada, o bien calentar directamente con el agua caliente bajo el chorro de la canilla.

Lo que NO debe hacerse

Calentar en microondas.
Calentar la leche directamente en el fuego

¿Como se conserva la leche materna para uso hospitalario?

 

La leche materna , luego de ser extraida en el lactario del hospital, se guarda en recipientes estériles con tapa hermética donde se guarda hasta su utilización. Cada extracción se coloca en un envase nuevo, se rotula con nombre y apellido del bebé, fecha y hora de extracción. La leche extraída puede conservarse hasta 24 horas en heladera del Servicio. Esta no se congela.
La leche extraída se fracciona bajo un proceso de filtrado llamado flujo laminar y se conserva en heladeras a temperatura adecuada.
El personal del Lactario de Leche Humana deberá cumplir con estrictas normas de higiene para atender a las madres.
La leche de cada madre que concurre al Lactario de Leche Humana se suministra exclusivamente a su hijo.

Fuentes:

Materna


La lactancia materna. Ruth Lawrence. Capítulo 13, la madre que trabaja fuera de casa Manual de Puericultura. Laura Krochik, Andrea Talner. Unidad 11. Extracción Manual y alimentación.



domingo, 25 de enero de 2015

¿De qué hablamos cuando hablamos de Crianza con Apego?





Cuando decimos que criamos con apego es porque sabiéndolo o no respondemos a 8 principios básicos.




La Crianza con Apego se basa en 8 principio acuñados por el Dr William Sears, pediatra estadounidense, basado en la teoría del  apego seguros del psiquiatra y psicoanalista inglés John Bowly.


Bowlby con su teoría explica por qué los seres humanos tienden a construir lazos fuertes, selectivos, duraderos y cómo la disrupción o amenazas de disrupción de dichos lazos pueden ocasionar dolorosas emociones, ulteriormente psicopatológicas.


El apego en la relación madre-hijo supone que si la madre está capacitada para proporcionarle a su hijo la posibilidad de desarrollar un apego seguro con respecto a ella, el niño tendrá una base segura, esto dará como resultado la seguridad que puede explorar el mundo sabiendo que tiene en su madre un lugar seguro y de contención emocional al cual volver si se siente amenazado.


La Attachment Parenting International (API), partidarios de la crianza con apego del Dr. Sears, intentan fomentar un vínculo seguro con los hijos mediante ocho principios que se identifican como metas a conseguir por los padres. Estos ocho principios son:


1.    Preparación para el embarazo, el nacimiento y la paternidad.


Cuando se espera un bebé generalmente se piensa en “lo que necesita el bebé” en términos materiales; sin embargo lo más importante es informarse para recibir al bebé en un ambiente tranquilo y amoroso donde pueda nacer y crecer.

La idea es que tanto la mamá como su compañerx participen de la preparación para embarazo, se informen, recurran a especialistas en caso de ser necesario. Se instruyan en relación al parto y nacimiento, y se preparen para traer a su bebe al mundo de la mejor manera posible. Que ambos estén involucrados en el cuidado del niño, en atender sus demandas, en su educación, en los valores que se les quiere transmitir propicia un mejor entendimiento.


2.  Alimentar con amor y respeto.

La lactancia materna es el mejor alimento para el recién nacido. Es el más completo desde el punto de vista nutricional, pero también proporciona consuelo y un contacto único entre madre e hijo.
Es un componente primordial para fortalecer el vínculo afectivo entre la madre y el bebé, y está íntimamente relacionada con la premisa anterior de crear lazos afectivos desde el nacimiento. Poner al bebé al pecho nada más nacer es un paso muy importante para empezar la lactancia con buen pie.
Hay una química especial entre la madre y el bebé que es amamantado. El contacto del lactante con el pecho de su madre desencadena la producción de oxitocina en el cerebro de la mujer, la cual al entrar en el flujo sanguíneo activa las glándulas mamarias y fortalece el vínculo entre el hijo y su madre.

Alimentar a un bebé debe ser un acto de amor. Aunque el alimento ideal para un bebé es la leche materna; no significa que los bebés alimentados con biberón no puedan beneficiarse del amor al ser alimentados.






3.  Respuesta sensible a las necesidades del bebé desde que nace.


Si hablamos de las necesidades de un bebé no sólo hablamos de que hay que cambiarle el pañal, cubrirlo del frío o alimentarlo, sino también darle seguridad a través de los brazos, los mimos, las caricias y el contacto. Cuando las necesidades de un bebé son atendidas con sensibilidad, éste va aprendiendo a confiar. El establecimiento de un vínculo fuerte no se logra únicamente al satisfacer las necesidades físicas sino también las emocionales.

Al comprender que el llanto es su lenguaje y confiar en la importancia que tiene esa forma de comunicación, se entienden mejor las necesidades del bebé.
Los bebés lloran para comunicarse, no para manipular.



4.  Contacto materno el mayor tiempo posible.


Los bebés que son llevados en brazos o en portabebés están al resguardo, en contacto directo con la persona que lo lleva, normalmente su papá o su mamá. Se sienten más protegidos, se estresan menos y permanecen en un estado de vigilia tranquila, lo cual les permite asimilar mejor lo que sucede en su entorno. El contacto físico también nutre y satisface las necesidades de cercanía y afecto del bebé. Al cargar a un bebé se le brinda seguridad, estímulo y movimiento. La lactancia, los baños y los masajes son formas de contacto piel a piel.

Además, la cercanía y el contacto continuo con el bebé permiten conocerlo mejor fortaleciendo el vínculo.



5.  Propiciar del sueño seguro físicamente y emocionalmente.


Dormir con el bebé en la misma cama o cerca de él es una fórmula utilizada por muchas familias con niños pequeños. Al dormir acompañado se evita la angustia de separación que experimentan algunos niños durante la noche, haciendo que duerman más y descansen mejor.

Los bebés tienen necesidades nocturnas que deben ser satisfechas. Un bebé necesita del amor de sus padres para sentirse seguro durante la noche. Los niños pequeños también pueden necesitar la tranquilidad y seguridad que sus padres le brindan.



6.  Propiciar del cuidado cariñoso constante, evitar separaciones prolongadas


Los bebés y niños pequeños tienen una necesidad intensa de presencia física proporcionada por un cuidador siempre disponible y cariñoso. El cuidado diario y el juego son excelentes oportunidades para construir lazos de apego sólidos.



       7. Practicar  la disciplina positiva.


Trata a tu hijo de la misma manera como te gusta ser tratado. La disciplina positiva se basa en la empatía, el amor y el respeto; su objetivo de es ayudar a los niños a desarrollar auto control y autodisciplina; a la vez que promueve la conexión afectiva entre padres e hijos.


8.  Procurar un equilibrio entre la vida personal y familiar.


El equilibrio implica que las necesidades de todos, no solamente las del niño, se reconocen, son validadas y satisfechas en la medida de lo posible. Aunque las necesidades del niño deben ser una prioridad, también es importante que los padres, como individuos y como pareja, busquen un equilibrio para satisfacer sus necesidades tanto como sea posible.




“El tiempo de tener a su bebé en brazos, junto al pecho y en la cama es muy corto en relación con la vida total de su hijo. Aun así, el recuerdo de su amor y disponibilidad, duran toda una vida.”
                                                                                                         William Sears





Referencias y bibliografía:
Crianza Natural: www.crianzanatural.com
Organización Mundial de la Salud: http://www.who.int/es/
Asociación Española de Pediatría: http://www.aeped.es/
William Sears: http://www.askdrsears.com/

viernes, 23 de enero de 2015

Los bebés prefieren nacer por la noche




¿Qué pasaría si pudiéramos retroceder más de cien años en el tiempo y miráramos a las embarazadas dar a luz sin apenas intervenciones? Pues entre otras cosas veríamos algo bastante sorprendente: a la mayoría de ellas dando a luz por la noche.

Un estudio hecho en la Universidad Autónoma de Madrid ha llegado a esa conclusión tras analizar más de 4.500 nacimientos sucedidos en la Casa de Maternidad de Madrid entre los años 1887 y 1892, una época perfecta para analizarlo, dado que en aquellos tiempos las intervenciones obstétricas eran mínimas y ello hacía que los bebés nacieran cuando querían nacer, y como digo, los bebés prefieren nacer por la noche.
El estudio no apunta, a que esta situación fuese mejor para las mamás o los bebés, pero sí que permite observar de cerca cómo sería el comportamiento humano en lo que respecta al parto si éste se ejerciese de forma totalmente natural, manteniendo intactas sus características ancestrales. Y los resultados son claros: el parto humano, a día de hoy, guardaría estrechas semejanzas con el del resto de los primates. Es decir, tendría lugar predominantemente por la noche.

Por la noche, porque es más seguro

Si por el día se establece un patrón lógico de actividad (el hombre sale a cazar, trabajar, etc.), por la noche se establece un patrón de descanso en el que hay más personas alrededor de la mujer embarazada. Esto hace que una mujer pueda dar a luz de noche sin riesgo de que otros depredadores (hablo de épocas pasadas, claro) pueda atacarle a ella y a su bebé, relativamente indefensos y con la obligación de tener que tratar de huir en un momento tan crítico.
El texto, producido por Carlos Varea y Susana Fernández-Cerezo, ambos investigadores del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, parte del análisis del libro de nacimientos de la Casa de Maternidad de Madrid, revelaron un patrón circadiano dominante en las horas del día en las que las mujeres tienden a dar naturalmente a luz, y que coincide en la gran mayoría de casos con la madrugada o primeras horas de la mañana. El patrón del parto sin intervencionismo obstétrico establecería de igual modo un marcado descenso en la natalidad desde el mediodía hasta la caída de la noche.

La luz, culpable en gran medida

Por aquella época (la de los datos analizados) no había la misma luz artificial que en la fecha actual y era más difícil engañar al cuerpo. Se sospecha que el parto también se rige por un ritmo circadiano y que la luz, o la falta de ella, es gran culpable de que el parto se produzca.
Al parecer, dado que en invierno las noches son más largas, la mayoría de partos sucedían de noche, mientras que en verano, al ser las noches más cortas, la mayoría de partos sucedían entre las 8 y las 12 de la mañana (la noche tardaba más en llegar y ya sabemos que un parto es cuestión de varias horas, haciéndose de nuevo de día en el momento en que el bebé nacía).

La explicación Biológica

La actividad del útero estaría sincronizada con la melatonina, una hormona que varía de acuerdo a los ciclos del día y la noche (se secreta en ausencia de luz), y que contribuiría a la actividad de otras hormonas implicadas en el parto( oxitocina y noradrenalina), provocando que las contracciones uterinas sean más intensas durante la noche.
Por eso se dice siempre que un buen lugar para dar a luz es aquel en que la luz es muy tenue.

Pero esto sucede ya muy poco

El patrón de parto nocturno se confirma para aquellos partos en los que no hay intervención. En la actualidad sólo puede darse en esa minoría de partos en los que no hay instrumentalización, medicación de por medio, control del tiempo, etc.
No digo que una cosa sea mejor que la otra, de hecho en la actualidad es igual de seguro para una mujer y su bebé que suceda de noche o que suceda de día porque no hay nadie que se los vaya a comer, pero al haber partos con epidural, partos inducidos, partos con oxitocina sintética, partos en que te quedas tumbada en la cama mientras dilatas y un largo etcétera, el patrón se modifica hasta el punto que ahora parece más probable dar a luz durante el día que durante la noche.


En tu caso, ¿cuándo nacieron tus hijos? ¿Se confirman los datos del estudio?

Fuente: Carlos Varea y Susana Fernández-Cerezo          
http://www.bebesymas.com/

Mejor patitas al aire!





Muchas veces, en las vidrieras de los negocios de ropa de bebé, vemos preciosos zapatitos para bebés, pero... Los bebés los necesitan? Les hace bien? O sólo es una cuestión de moda?
Las mujeres solemos ir tras el mandato de "la moda no incomoda", y padecemos tortuosos dolores para vernos bellas. Pero los bebés no entienden de moda, no necesitan rígidos jeans, apretados mocasines ni camisas con botones que se incrustan en su piel... ni vinchas, ni volados de puntillas.

 
Por que es positivo que los bebés esten descalzos


Los pies tienen más sensibilidad táctil que las manos hasta los 9 meses, por lo que son muy importantes para el desarrollo neurológico del bebé.


En los primeros meses, los pies desempeñan una función fundamental. Estos proporcionan información al bebé sobre el mundo exterior, ya que con ellos toca los objetos, los manipula y se los mete en la boca, zona en la que hay más terminaciones nerviosas. Si el bebé lleva zapatos, no puede tocar los objetos con sus pies y los movimientos le resultan más difíciles.


Aproximadamente, a los 3 meses el bebé se mira las manos y a los 7-8 meses se toca los pies con curiosidad. Es decir, empieza a descubrir las partes de su cuerpo y a ponerse en contacto con el mundo exterior, al tiempo que se desarrolla la maduración del sistema nervioso. Es obvio que calzar a los bebés les impide desarrollar estas funciones de relación con el exterior y percibir su posición en el espacio mediante el movimiento continuo de los pies.


Para la maduración de las habilidades motoras debe desarrollarse la coordinación ojo-mano y esto se consigue mediante estas informaciones táctiles perceptivas. Es decir, llevar los pies descalzos facilita la maduración del sistema nervioso mediante la recepción de estímulos del exterior. Este hecho aumenta la diferenciación de las células nerviosas.


El hecho de apoyar el pie descalzo en todo tipo de superficies, también irregulares, contribuye al desarrollo muscular. El calzado denominado preandante o el calzado para el gateo impide recibir sensaciones, añade un peso excesivo a los pies impidiendo que se muevan libremente. Todo ello explica por qué los niños, cuando tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos continuamente.


En la primera infancia el juego que predomina es un juego motor, jugando con su cuerpo e individual. Juega con sus pies y ello es estimulante del desarrollo, pues permite la maduración del sistema nervioso estimulando la mielinización de las dendritas y favorece el control neuromuscular, el desarrollo intelectual y las habilidades sociales. El movimiento físico del bebé es factor de aceleración de ciertas formas de maduración por el estímulo de mielinización.


En consecuencia, no calzar a los bebés puede mejorar su desarrollo neurológico, a la vez que les permite sentirse más cómodos y libres, explorando el mundo con la ayuda de sus pies.


 
Y al comenzar a andar… ¿Con o sin zapatos?

Otro gran error es pensar que el bebé anda gracias a los zapatos ¡O al refuerzo de los zapatos! Una gran suela puede sostenerlo de pie y, si le agarra el tobillo, pensamos, va más seguro. Pero no es así y hoy en día está totalmente desaconsejado. De hecho, se recomienda que el bebé empiece a andar descalzo o con calzado que se parezca a estar descalzo, es decir, que permita al pie en cada paso hacer todo el recorrido (desde el talón al dedo gordo), en lugar de tener que dar pasos en plancha. Si el bebé no es capaz de mantenerse de pie sin zapatos, sobre sus apoyos, entonces no está ni mucho menos preparado para sostenerse. El refuerzo del zapato es contraproducente en un pie inmaduro: si el zapato sujeta el tobillo, este se debilita, deja de hacer parte de su función y más tarde tendremos un tobillo débil, tendente a esguinces. Todo lo que hace el zapato deja de hacerlo el cuerpo. 

Fuentes:

“Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes” (2007)

www.elbebe.com


 



lunes, 19 de enero de 2015

Crisis o brotes de crecimiento



Utilizamos la palabra crisis, que tiene una connotación negativa, porque la madre quizá viva estas fases del crecimiento del bebé como un problema, pero este se encuentra perfectamente y no le pasa nada. Si la madre conoce las circunstancias que puede encontra
r en estos momentos, probablemente las encuentra normales y sabiendo que el bebé está bien, recupera su tranquilidad.

En torno a las 3 semanas, al mes y medio y a los 3 meses, muchos bebés tienen unos días "raros" en que están algo más inquietos, lloran más, duermen peor, maman más a menudo, se agarran al pecho y de repente se estiran, lo sueltan, lloran... Posiblemente esto tenga relación con la aceleración normal en su velocidad de crecimiento que condiciona una mayor demanda de leche.

Amamantar a demanda (sin limitación en cuanto a frecuencia y duración de las tomas) permite al pecho producir más leche cuando el bebé la necesita. Recordemos que el pecho es una fábrica, no un almacén, y a mayor estímulo (succión del bebé) mayor producción. Una vez logrado este propósito, al cabo de 2 a 3 días, el bebé retoma su ritmo.

No todas las madres perciben estas "crisis de crecimiento". Puede darse que madre e hijo vivan una lactancia muy bien establecida en la que la madre esté satisfaciendo las señales de hambre del bebé y no se dé cuenta de que durante unos días este demanda con más frecuencia, por haberlo integrado completamente en su vida cotidiana.



A los 17-20 días de vida

Una vez el niño ha recuperado el peso del nacimiento (en circunstancias normales ocurre antes de cumplir los 15 días de vida) y la lactancia materna está bien establecida, pueden darse cambios que, en ocasiones, son motivo de preocupación. Un cambio en la frecuencia de demanda del bebé, unido a que el pecho empieza a recuperar el tamaño anterior al embarazo, puede ser interpretado por la madre como que "no tiene suficiente leche" o "el bebé se queda con hambre", lo que le produce intranquilidad.

El bebé necesita más leche y para ello demanda con mayor frecuencia a la madre. El pecho, al tener más estímulo fabricará más leche y el niño tomará más cantidad que antes.



A las 6-7 semanas de vida

Hacia el mes y medio de vida, las madres pueden notar que se repite este aumento de demanda del bebé. De nuevo, el niño necesita más volumen de leche y para ello vuelve a aumentar la frecuencia con que demanda pecho. Este incremento puede ir acompañado de una conducta alterada por parte del niño cuando está en el pecho: se pone muy nervioso, mama dando tirones, llora en el pecho, arquea la espalda (con el pezón en la boca), tensa las piernas...

Al igual que en la "crisis de los 17 días", una vez normalizada la situación, los niños vuelven a su ritmo normal.

cuando está en el pecho: se pone muy nervioso, mama dando tirones, llora en el pecho, arquea la espalda (con el pezón en la boca), tensa las piernas...

Al igual que en la "crisis de los 17 días", una vez normalizada la situación, los niños vuelven a su ritmo normal.



A los 3 meses

En general, se habla de la crisis de los 3 meses describiéndola como un momento en que pueden darse estas circunstancias:

El bebé ya no pide pecho tan a menudo, algo que la madre puede interpretar de diversas formas: no tiene hambre, no quiere comer o la rechaza.

El niño que antes se mostraba encantado de pasar largo rato prendido al pecho, hace ahora tomas de escasos minutos.

La madre se nota los pechos blandos, lo que atribuye a una producción insuficiente de leche.

El bebé se distrae por cualquier cosa y a menudo rompe a llorar al poco rato de haber empezado a mamar.

El bebé engorda menos, lo cual puede reforzar la sensación de que pasa hambre.

El bebé se chupa el dedo o la mano, lo que puede interpretarse como un signo de hambre.

A menudo hay una disminución en la frecuencia de las deposiciones del bebé. La madre puede interpretar esta menor frecuencia en las deposiciones como señal de una ingesta insuficiente.

Por ello, si la madre percibe "la crisis de los tres meses" y en ese momento no encuentra apoyo adecuado, sino consejos y recomendaciones desafortunados de su entorno cercano o de los profesionales a los que acude, es a menudo el momento en que se inicia la suplementación con leche artificial y el abandono paulatino de la lactancia materna.

A los tres meses los bebés son expertos en el arte de la succión, y en una toma de escasos minutos pueden extraer toda la leche que necesitan. A partir de los tres meses suele ocurrir que los bebés se distraen por cualquier cosa a la hora de mamar. La sana curiosidad del niño lo va a impulsar a dejar de mamar para oír qué pasa a su alrededor, y las madres es posible que se desesperen por ese comportamiento.

Por supuesto la madre tiene leche suficiente y la capacidad para fabricar toda la que el niño necesite pues el cuerpo materno se adapta para aumentar la producción de leche.



Algunas cosas que podemos hacer:

No se debe forzar a un niño a mamar ni insistir demasiado para que tome el pecho, puesto que el resultado puede ser justamente el contrario.

En ocasiones puede resultar útil dar el pecho en penumbra y en silencio, puesto que cuantos menos estímulos externos haya, más tranquilo estará el bebé.

No esperar a que el niño llore para ponérselo el pecho, pues cuando un bebé llora ya está nervioso y mamará peor. Además, es posible que lleve rato pasando hambre. Estar atentos a los signos precoces de hambre: movimientos de cabeza, bostezos, llevarse la mano a la boca o hacer sonidos de llamada. Mucha paciencia.



"Como es la madre la que está en crisis, en sus manos está la solución: deje de preocuparse, y ya no hay crisis. Pecho a demanda (y eso incluye dejar que suelte el pecho cuando lo quiera soltar) y nada de biberones."

Carlos González, "Un regalo para toda la vida".


fuente: http://elpartoesnuestro.es

¿Qué es el método de alimentación BLW ó Baby Led Weaning?


Es un método gradual de introducción de la alimentación complementaria. Podría traducirse como “destete dirigido por el bebé” o “alimentación complementaria dirigida por el bebé o a demanda”. Tras seis meses de lactancia materna exclusiva a demanda, empezamos a ofrecerle otros alimentos, siendo el pecho su principal alimento aún durante mucho tiempo.

Con el baby led weaning simplemente nos encargamos de poner alimentos sanos y variados al alcance del bebé y dejar que coma lo que quiera. Se sienta al bebé a la mesa con el resto de la familia (en su sillita o encima nuestro) y se le permite participar de la comida familiar. No es necesario preparar alimentos distintos para el bebé, con separar su parte antes de poner la sal o añadir ingredientes que aún no puede tomar es suficiente. Y el bebé aprende por imitación.

Al principio les daremos alimentos blandos a trozos grandes o machacados, y los tomarán con la mano, y poco a poco les podemos hacer trozos más pequeños cuando vayan aprendiendo a hacer “pinza” con sus dedos, y más adelante y casi sin darnos cuenta ya dominarán los cubiertos y beberán agua del vaso.

Al principio comen muy poca cantidad, experimentan nuevos sabores y texturas. Pero no hay que preocuparse, por eso se llama alimentación complementaria, su principal alimento sigue siendo la leche. Y poco a poco van comiendo más sólidos y necesitando menos leche.

Cuando comento sobre este método de alimentación todo el mundo pregunta:

¿Y no se atragantan?

¡Claro que no! E incluso son capaces de masticar… ¡sin dientes! Toman la comida con sus manos se la llevan a la boca y “mastican” con sus encías (eso no quita que haya que vigilarlos mientras comen). Y cuando se “atragantan” son capaces de volver a sacar la comida mediante la tos o pequeñas “arcadas”. Y como ya hemos dicho que aprenden por imitación es bueno enseñarles cómo hacerlo (toser).

El BLW en Argentina, a diferencia de varios países europeos, no se conoce mucho y los bebés suelen comer alimentos triturados ¡¡Pero tiene muchísimas ventajas respecto a los triturados!!

Ventajas:

Es muy divertido compartir el momento de la comida con la familia y dejar participar al bebé.
Es muy beneficioso para la psicomotricidad del bebé (aprende a hacer la pinza con los dedos, a manejar los cubiertos…)
Al comer los alimentos por separado, y no todos triturados, reconocen las características de todos los alimentos (color, forma, textura, sabor…).
Aceptan mejor las diferentes texturas y sabores, tienden a aceptar más alimentos y sus menús son muy similares a los de los adultos.
Se fomenta la autonomía de los bebés.
Pueden comer lo mismo que comen los adultos (con separar su parte antes de poner la sal o añadir ingredientes que aún no puede tomar es suficiente), y no hay que hacer varias comidas en una misma casa.
En un solo paso “aprenden” a comer. Con las papillas hay que dar dos pasos; primero que se acostumbren a nuevos sabores triturados, y luego a nuevas texturas cuando empiezan con los sólidos.

Desventajas:

La única desventaja que le puedo encontrar es que se ensucia más. ¡Pero eso se soluciona con un babero y papel de diario en el suelo!
Y provoca desconfianza, aunque es normal que a veces hagan alguna arcada e incluso que se “atraganten”, pues están aprendiendo (con las papillas también suele suceder al principio), muchas familias recelan o no se atreven a alimentar a sus hijos de esta manera. Si decidimos usar este método, es importante sentirnos seguros y tranquilos mientras el bebé come, si no le transmitiremos el nerviosismo al bebé. Si nos ponemos nerviosos, quizá aún no sea el momento de darle trozos al bebé.


Fuentes:  www.origenbebe.com, www.babyledweaning.es