viernes, 23 de enero de 2015

Mejor patitas al aire!





Muchas veces, en las vidrieras de los negocios de ropa de bebé, vemos preciosos zapatitos para bebés, pero... Los bebés los necesitan? Les hace bien? O sólo es una cuestión de moda?
Las mujeres solemos ir tras el mandato de "la moda no incomoda", y padecemos tortuosos dolores para vernos bellas. Pero los bebés no entienden de moda, no necesitan rígidos jeans, apretados mocasines ni camisas con botones que se incrustan en su piel... ni vinchas, ni volados de puntillas.

 
Por que es positivo que los bebés esten descalzos


Los pies tienen más sensibilidad táctil que las manos hasta los 9 meses, por lo que son muy importantes para el desarrollo neurológico del bebé.


En los primeros meses, los pies desempeñan una función fundamental. Estos proporcionan información al bebé sobre el mundo exterior, ya que con ellos toca los objetos, los manipula y se los mete en la boca, zona en la que hay más terminaciones nerviosas. Si el bebé lleva zapatos, no puede tocar los objetos con sus pies y los movimientos le resultan más difíciles.


Aproximadamente, a los 3 meses el bebé se mira las manos y a los 7-8 meses se toca los pies con curiosidad. Es decir, empieza a descubrir las partes de su cuerpo y a ponerse en contacto con el mundo exterior, al tiempo que se desarrolla la maduración del sistema nervioso. Es obvio que calzar a los bebés les impide desarrollar estas funciones de relación con el exterior y percibir su posición en el espacio mediante el movimiento continuo de los pies.


Para la maduración de las habilidades motoras debe desarrollarse la coordinación ojo-mano y esto se consigue mediante estas informaciones táctiles perceptivas. Es decir, llevar los pies descalzos facilita la maduración del sistema nervioso mediante la recepción de estímulos del exterior. Este hecho aumenta la diferenciación de las células nerviosas.


El hecho de apoyar el pie descalzo en todo tipo de superficies, también irregulares, contribuye al desarrollo muscular. El calzado denominado preandante o el calzado para el gateo impide recibir sensaciones, añade un peso excesivo a los pies impidiendo que se muevan libremente. Todo ello explica por qué los niños, cuando tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos continuamente.


En la primera infancia el juego que predomina es un juego motor, jugando con su cuerpo e individual. Juega con sus pies y ello es estimulante del desarrollo, pues permite la maduración del sistema nervioso estimulando la mielinización de las dendritas y favorece el control neuromuscular, el desarrollo intelectual y las habilidades sociales. El movimiento físico del bebé es factor de aceleración de ciertas formas de maduración por el estímulo de mielinización.


En consecuencia, no calzar a los bebés puede mejorar su desarrollo neurológico, a la vez que les permite sentirse más cómodos y libres, explorando el mundo con la ayuda de sus pies.


 
Y al comenzar a andar… ¿Con o sin zapatos?

Otro gran error es pensar que el bebé anda gracias a los zapatos ¡O al refuerzo de los zapatos! Una gran suela puede sostenerlo de pie y, si le agarra el tobillo, pensamos, va más seguro. Pero no es así y hoy en día está totalmente desaconsejado. De hecho, se recomienda que el bebé empiece a andar descalzo o con calzado que se parezca a estar descalzo, es decir, que permita al pie en cada paso hacer todo el recorrido (desde el talón al dedo gordo), en lugar de tener que dar pasos en plancha. Si el bebé no es capaz de mantenerse de pie sin zapatos, sobre sus apoyos, entonces no está ni mucho menos preparado para sostenerse. El refuerzo del zapato es contraproducente en un pie inmaduro: si el zapato sujeta el tobillo, este se debilita, deja de hacer parte de su función y más tarde tendremos un tobillo débil, tendente a esguinces. Todo lo que hace el zapato deja de hacerlo el cuerpo. 

Fuentes:

“Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes” (2007)

www.elbebe.com


 



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